Hermandad de Pasión en la ausencia de tu Templo

29/03/2018

¡Oh, Señor de la Pasión!
¿Como podremos sino con la FE de seguirte, estar ausente y lleno de nostalgias, ante unas fechas tan marcadas y llenas de recogimiento en esta tu plaza Divina del Salvador?.

Dejamos atrás el sentimiento lleno de recogimiento en un entorno de nuestra Sevilla, con olor a azahar.
El atardecer cuando se nubla, y el anochecer que se envuelve en una oscuridad, aguardando como sólo sabe hacer el sevillano y la gente de buena fe soñar con TÚ imagen de Nazareno.
Sufriendo el dolor de todos, extraes la admiración y la pasión plasmada en TÚ escultura VIVA, padeciendo las inclemencias de unos momentos en el mundo que TÚ sosiegas en nuestros corazones.
Cruz de guía puntual, un silencio sepulcral lleno de sevillania aguardando el paso del Nazareno, esperando TÚ salida, que irrumpe en un pellizco aún mayor en el corazón.
Oliendo el incienso, escuchando el rachear de los que te llevan partiéndose el alma, recogido el grupo humano en enseñarte a esta tierra bendecida, que llena de oraciones el aire, con peticiones que TÚ, tarde o temprano harás que se cumplan.
Una obra exquisita de Martinez Montañés (1615) que inspira respeto, silencio, rezo en las esquinas, aferrándose a la FE del humano, que te sigue con la devoción en el recorrido, con la zancada, recia, austera, marcando el suelo de Sevilla con la singular forma con la que te llevan esos costaleros.
La cruz sobre TUS hombros y el peso de nuestros pecados, TUS manos marcadas y sangrando de dolor, TU cara llena de sentimiento, el daño que sobre tu cabeza proporciona la corona de espinas y descalzo hacia la crucifixión hacen de TI el HIJO de DIOS.
Sevilla reza desde el atardecer convirtiéndose el ocaso del día en una súplica a TU paso.
Lirios moraos, martinetes de saetas, rezos de saeteros, oraciones internas, capataz con respeto y costaleros con los corazones encogidos que te pasean con sufrimiento por la Sevilla que te aguarda en la estación de TU penitencia.
Enmudece la calle a tu paso, con TU túnica de terciopelo, que parece acariciar el aire que torna en golpear nuestros corazones con tu bamboleo, abriéndote camino entre la muchedumbre que te añora, esperando el momento de santiguarse a TU paso.
No será igual la apertura de la puerta, la presencia de la Cruz de Guía, el sonido hecho silencio.
El naranjo brotó aún con más fuerza ante el acontecimiento que estaba a punto de comenzar, el azahar se abría desplegando el olor y embriagando a toda esa gente que aguardaba con devoción y silencio el momento cumbre de esa tarde de Jueves Santo.
La plaza se llena de oraciones y peticiones dentro de un recogimiento estremecedor de sus gente.
Algo más allá… allá donde estés, estaremos acompañándote en la penitencia, con peticiones personales, algunas para la mejora del mundo, de esos necesitados que se olvidan aquellos, los que se dicen ser más creyentes y practicantes y causan el dolor, la tragedia, las necesidades de gente que reivindican justicia social y estos hacen caso omiso, escudándose
en pretextos y promesas que no se cumplen.
Señor de la Pasión que con TÚ arraigo arrastras devociones y rezos hasta en los más agnósticos.
Yo te pido en nombre de los de sin voz, hágase este año a TÚ paso, que se cree ese
áurea de humanidad que haga comulgar a todos los corazones limpiando al mundo de las impurezas diarias.
Sevilla y tus gentes desde una oración interna te hará llegar desde sus corazones esas peticiones que TÚ oyéndolas harás que se cumplan para un mundo mejor.
FRANCISCO BORJA AGUILAR.