De Madrid al Salvador

12/04/2018

Queridos hermanos en el Señor,

Dirijo esta carta al Equipo de Priostía de la Archicofradía del Santísimo Sacramento y Pontificia y Real de Nazarenos de Nuestro Padre Jesús de la Pasión y Nuestra Madre y Señora de la Merced de Sevilla.

Querido anterior Prioste Primero D. Álvaro Láinez y actual Alejandro Arias, primero quería dar las gracias a todos aquellos que me permitieron formar parte durante estos cuatro años de este entrañable equipo. Esta carta sólo tiene el fin de agradecer todo lo que me enseñasteis con cariño de Nuestro Señor de Pasión y Nuestra Madre y Sra de la Merced.

Quería dejar constancia de la alegría que me produce recordar el gozo que hemos vivido trabajando juntos por algo superior a todos nosotros, por Dios mismo. Ha sido clave esta experiencia para mi vocación sacerdotal, ya que en este tiempo he descubierto la alegría de servir al Señor y su bendita Madre. Esas noches en el Salvador de Novena y Triduo que luego se venían culminadas en el ensalzamiento de los cultos a nuestros titulares, y esas mañanas de Semana Santa que sólo Dios sabe todo el bien que me han hecho. ¡Gracias!

Aprovecho para pediros vuestras oraciones para que sea fiel al cometido que Dios me tiene encomendado. Y lejos de marchar triste de vuestro lado, os dejo sabiendo que siempre os tendré conmigo en la bendita memoria que Nuestro Padre me ha concedido. Cada detalle de candelería, peanas, cera, damasco, estructuras de altares, flores… queda almacenado en mi subconsciente al que tanto acudo en todo momento. ¡Gracias por todo lo que me habéis enseñado! Sin vosotros yo no sería lo que soy, eso seguro, es más cada gesto y detalle que Dios me permite realizar en cualquiera de sus obras (parroquias, iglesias, capillas) están impregnados de mi Hermandad de Pasión.

Y ahora quería dedicaros unas palabras de ánimo, pues el trabajo duro merece su recompensa, pero el camino es arduo y difícil. ¡Ánimo! Dios premia a los que le son fieles y vosotros sois los preferidos de Nuestra Madre y Señora de la Merced que os mimará cada día de vuestra existencia terrenal y celestial. Jesús dijo: En verdad os digo: No hay nadie que haya dejado casa, o hermanos, o hermanas, o madre, o padre, o hijos o tierras por causa de mí y por causa del evangelio, que no reciba cien veces más ahora en este tiempo: casas, y hermanos, y hermanas, y madres, e hijos, y tierras junto con persecuciones; y en el siglo venidero, la vida eterna (Mc 10, 29-30). Como tanto le gusta decir a nuestro H.M. José Luis Cabello “¡Dios os lo pagará con el ciento por uno!”

No querría despedirme sin mencionar a tantos que me han enseñado tanto caminando en esta querida familia de Priostía como Joaquín, Ale Arias, Álvaro Láinez, Juan Martínez, Mario, Pedro Gutierrez, Cristina Yanes, Chema, Quique, Rocío, Sine María, Gabi, Gonzalo, Carlos Murube, Alberto, Rafa Caro, Fran Silva, Macarena, Conso… y tantos más. ¡Y esto sólo de Priostía!

Un fuerte abrazo y gracias por hacer una hermandad viva de amor y de Fe,

Eduardo Tomás Toro

Madrid a 6 de Abril de 2018. Viernes de la Octava de Pascua.

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