Carta de nuestro Hermano Mayor
17/04/2022
Queridos hermanos:
¡Jesucristo ha resucitado! Es el mensaje más repetido hoy en el mundo cristiano. Y con su resurrección, venciendo al pecado y a la muerte física, nos llega también la victoria del amor sobre la raíz de todo mal.
Este Cristo Resucitado es nuestra esperanza y el signo más evidente del poder de Dios. Es el mismo Jesús de Pasión que hace sólo tres días acompañábamos por las calles de Sevilla, cuando portaba su cruz desde la resignación y la mansedumbre; desde la entrega más generosa al amor más sublime.
También hoy vamos a mirarle resucitado, para pedirle que nos libre de todo mal, como Él mismo nos enseñó en la oración por excelencia. Y para que nos ayude a soportar la separación de los seres queridos que fallecieron en estos duros años pasados. Que el Señor les dé consuelo y esperanza a ellos, y a cuantos viven en soledad o conviven con situaciones de marginalidad o abandono. Que Jesús resucitado les lleve la esperanza a todos ellos.
Y en un día como hoy, que da el verdadero sentido a nuestra fe, démosle gracias a Dios por todo lo que nos regala: desde la propia fe que profesamos, hasta la esperanza de una eternidad a su lado. Y sólo nos pide caridad. “Amaos como Yo os amo”.
En ese dar las gracias a Dios, entra también el agradecer a nuestro Padre Jesús de la Pasión que nos permitiera acompañarle el pasado Jueves Santo, haciéndolo como hicimos con devoción sincera y rigor penitencial.
Quiero expresar aquí mi felicitación a todos los hermanos por esa ejemplar estación de penitencia que, estoy convencido, pudo mover a la conversión de algunos, permitiéndoles un mayor acercamiento al Señor. GRACIAS POR ELLO, QUERIDOS HERMANOS.
Que Nuestro Señor de Pasión y Nuestra Madre y Señora de la Merced, nos guíen siempre y en todo momento y nos concedan aquello que más nos convenga como cristianos.
José Luis Cabello Flores
Hermano Mayor