Fundación de la Hermandad de Pasión: Desde repartir alimentos a asesoramiento legal
19/03/2018
Compartimos con vosotros este reportaje que publica la web Sevilla Solidaria de ABC. En ella, a través de una extensa entrevista a nuestro Hermano Mayor, podéis conocer toda la actividad que realiza nuestra Fundación Asistencial y el proyecto Abogados de la Merced que es la gran obra caritativa que hemos puesto en marcha con motivo del VIII Centenario de la Fundación de la Orden de la Merced. Esperamos que tras su lectura os animéis a colaborar con la Fundación de las muchas maneras en que podéis hacerlo. Recordad que vuestras manos pueden ser las manos del Señor de Pasión actuando en el mundo:
Las manos del Señor de Pasión son la imagen de la fundación que lleva su nombre. Manos que se ofrecen desinteresadamente, dispuestas a consolar, a dar amor y ayuda. Como las de los hermanos de la Hermandad de Pasión que acuden como voluntarios cada semana a iluminar con una sonrisa a las personas que se acercan buscando ayuda y así salir de las complicadas situaciones en las que se encuentran.
Muchas de esas personas que solicitan apoyo en la FUNDACIÓN ASISTENCIAL NUESTRO PADRE JESÚS DE LA PASIÓN son mujeres que, soportando el peso de la familia, superan la barrera inicial y exponen su situaciones. Pero, en muchos casos, son familias enteras, creando un ambiente de confianza y respeto entre beneficiarios y voluntarios, que se afianza durante el año que suele mantenerse la ayuda con cada uno. «Ya nos conocemos, algunos hasta nos traen regalos. Tengo ahí un armarito con todo, no tiro nada», comenta Cristina Yanes, diputada de caridad de la hermandad.
Voluntarios como Yolanda acuden dos o tres días por semana a la sede de la calle Boteros para atender a los beneficiarios que acuden previa cita. Así, en un año pueden repartir 100,000 kilos de alimentos, por lo que no paran ni en verano. «Cuando la sede está abierta al menos necesitamos a cinco voluntarios aquí, para mirar los papeles, estar al cargo de la cita, encargarse de la entrega u organizar la ropa», enumera Cristina.
El objetivo es distribuir alimentos, ropa y productos de primera necesidad a quien lo necesite, pero lo cierto es que lo más importante es escucharles y descubrir qué les puede ayudar más allá de lo material. Así, los voluntarios, algunos abogados, les pueden ayudar incluso en temas de pensiones o papeleos. «Lo importante es que no se encuentren con una pared. Así, por ejemplo, si necesitan productos para sus bebés les hablamos de la Hermandad de la O con un proyecto específico para mujeres embarazadas», indica la diputada.
Para prestar esta ayuda no solo entran instituciones públicas y privadas que aportan recursos económicos, sino también vecinos, hermanos o comercios que añaden su grano de arena. «Cuando comenzaba a funcionar la fundación, nos llegó una familia con una niña que iba a hacer la Primera Comunión y no tenía el vestido blanco», recuerda José Luis Cabello, hermano mayor de Pasión y director de la fundación, «fui a la tienda Jardilín y se lo planteé al dueño. Me dijo que conocía lo que hacíamos y que esa niña iba a salir de allí con el vestido, los zapatos y lo que hiciera falta. Vas encontrando personas así continuamente: zapaterías que nos regalan todo el zapato sin estrenar que no han podido vender, otras nos dan preparados de puchero…».
La solidaridad queda latente en cada momento. Ante la pregunta de la implicación de los hermanos, el director de la fundación y teniente de hermano mayor, Juan Pablo Fernández, saca a relucir un caso en especial: «Acudió a nosotros un desempleado de larga duración que se encontraba en un situación límite y respondieron en la hermandad ofreciéndole un trabajo».
Esta ayuda también sale de la sede de la fundación y abarca a más familias de las que allí acuden. Así, con una reciente iniciativa, puesta en marcha por el VIII Centenario de la Orden de la Merced, la fundación entra en las cárceles. Con el proyecto Abogados de la Merced, voluntarios letrados ofrecen asesoramiento legal a quienes están privados de libertad. Asimismo, de forma altruista hermanos de Pasión prestan su tiempo para otras entidades sociales como Niños con Amor, Hogar Nazaret o San Juan de Dios.
También José Luis Cabello tiene un recuerdo marcado a fuego. El de los niños de Hogar de Nazaret al que llevaron de excursión y durante la misa entonaron una peticiones muy especiales. «Una de las niñas dio gracias porque al abrir el grifo salía agua, otra por tener un hogar, y recuerdo también a otra chica que agradeció haber encontrado unos amigos que se lo habían hecho pasar muy bien», enumera. Palabras inocentes que revelan que lo cotidiano para algunos es puro regalo para otros.
En la actualidad, 65 voluntarios de la fundación entregan su tiempo, su experiencia o simplemente su compañía a cambiar a mejor la vida de otras personas, convirtiéndose en pieza fundamental de la hermandad. Y así, cuando el Jueves Santo la hermandad sale a la calle, más allá de sus 500 años de historia, lo que le hace cobrar sentido es cada acción de la fundación para ayudar a quien está a su lado.
José Luis Cabello, nos atiende, junto a la diputada de caridad y el director, en la sede, repleta de cajas de ropa aún por organizar y otras tantas de alimentos para repartir.
—¿Qué habéis preparado para este año?
—Es el VIII Centenario de la Orden de la Merced, dedicada al cuidado y acompañamiento a los privados de libertad. Para conmemorarlo hemos impulsado la iniciativa Abogados de la Merced.
—¿En qué consiste?
—Tenemos en torno a doce abogados voluntarios, que en menos de un año ya han atendido 18 casos de internos en prisiones, como permisos penitenciarios, familia, extranjería… No les representan ante terceros en un proceso judicial, para eso están los abogados de oficio, sino que se ofrecen principalmente para el asesoramiento. Contactamos con las personas que lo necesitan a través de Zaqueo y mediante las visitas que hacen los voluntarios a la cárcel.
—¿Por qué creó la hermandad la fundación en 2008?
—Para fundarla era necesario una tramitación lenta y un coste importante, pero creemos que como fundación podemos llegar más a instituciones públicas y privadas solicitando ayuda. Y, efectivamente, a lo largo de este tiempo hemos recibido ayudas importantes. El objetivo es resolver los problemas básicos de las personas necesitadas para que por sí mismas puedan salir de esa situación de necesidad.
—¿Cómo funciona la fundación?
—Basa su actividad en tres líneas fundamentales: la distribución de alimentos y productos de primera necesidad en nuestro local de la calle Boteros, ayudas a instituciones públicas y privadas que atienden a colectivos vulnerables y el voluntariado.
—¿A cuántas familias atendéis en la sede?
—A más de 300 familias previa valoración de sus situación personal y familiar. Siempre intentamos dar una solución. Si nosotros no podemos les derivamos a otra institución.
—¿Y cómo funciona el voluntariado?
—Alrededor de 65 voluntarios ofrecen su tiempo y su experiencia, para el proyecto de Abogados de la Merced, visitas a enfermos o para la distribución de alimentos. Lo cierto es que es mucho más fácil dar que darse, pero esto último es muy importante. Darte es regalar una sonrisa, tender la mano o escuchar. Si nosotros no escuchamos no resolvemos problemas. Así descubres si puedes arreglarle una pensión o que un voluntario abogado le ayude con los papeles, todo sin llegar a dar dinero.
—¿Pasa desapercibida la labor social de las hermandades?
—Sí, es muy desconocida. En nuestro caso, el logo de la fundación son las manos del Señor de Pasión, que ayudan, que bendicen y que te tienden su palma.
Por LAURA ÁLVAREZ